Para cortar la carne en lonchas finas necesitamos un cuchillo adecuado: alargado, fino y, por supuesto, que esté bien afilado. Así evitamos que se nos rompa o astille la pieza. Para que las lonchas queden perfectas, debemos cortar la carne sin presionar con el cuchillo, como si la carne fuera mantequilla.