Una vez pelada la cebolla, observarás que tiene unas líneas que van desde la raíz hasta la parte superior de la misma (por donde nacerá la futura planta). Si cortas la cebolla siguiendo las líneas, una vez cocida, te quedará filamentosa. Por el contrario, si el corte lo haces perpendicular a la fibra (a las líneas), al rehogarla te quedará tierna y melosa.