Si quieres que tu tableta de chocolate dure más tiempo fuera de la nevera sin derretirse, y que sea más brillante y crujiente, debes temperar el chocolate: basta con que lo trocees en un bol y lo fundas en el microondas o al baño María. Una vez fundido, echa tres cuartas partes del chocolate del bol en la mesa y remuévelo con una espátula, para que enfríe. Comprueba con un termómetro la temperatura. Una vez que alcance los 29 ºC, recoge el chocolate y añádelo al cuarto que quedaba en el bol. Mézclalo lentamente y comprueba que la temperatura final sea de 31 ºC.
¡Ya tienes el chocolate temperado para usarlo en cualquiera de tus recetas!