Imagínate delante del mar, de vacaciones, de relax y desconexión. Sientes la brisa, la sal se te pega en el cuerpo, el sol te broncea poco a poco y te entra un apetito voraz, te apetece un plato marinero y, concretamente, una paella de marisco. Vale, puede que no tengas el escenario tan ideal, pero este plato va a transportarte allí...