Solomillo con salsa de frutas rojas
- 20-40 min
- Media
- 4 personas
El solomillo es uno de los cortes más versátiles y nobles. Es, por así decirlo, el rey de la carne de cerdo (o de ternera). Si tiene un defecto es que, al ser una parte tan magra, enseguida puede quedar seca. Por eso conviene prepararlo mediante cocciones suaves o bien en salsa.
La salsa que proponemos en esta receta es una combinación agridulce. La acidez de los frutos rojos combinada con el azúcar, la salsa Worcestershire y las gotitas de Tabasco, hacen de ella una combinación de lo más sabrosa.
Es una receta especial, por supuesto, que vale la pena guardar para ocasiones en las que quieres dejar a tus invitados con la boca abierta.
Este es un plato para mojar pan, no dudes en servir un buen ejemplar artesano. El pan blanco de siempre le irá bien, por supuesto, pero si consigues un pan de centeno o algún pan con semillas… ¡triunfarás!
Ingredientes para Solomillo con salsa de frutas rojas
Cómo hacer Solomillo con salsa de frutas rojas
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Dora los solomillos por ambos lados, retíralos y en el mismo aceite rehoga la cebolla, sazona con una pastilla de Avecrem Dúo Guisos de Carne, y baña con el vino, vuelve a incorporar los solomillos y deja cocer tapado durante diez minutos.
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Añade el zumo de las naranjas y continua la cocción otros diez minutos más. Retira los solomillos reservándolos al calor.
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Para preparar la salsa: rehoga la cebolla frita junto con el vaso de vino y deja que reduzca a la mitad, incorpora las frutas rojas, el azúcar, el vaso de Caldo Casero de Carne 100% Natural Gallina Blanca y el resto de los ingredientes. Deja cocer, tritura y pasa por el colador. Sirve los solomillos laminados, regados con la salsa.
Consejos para cocinar Solomillo con salsa de frutas rojas
El Truco: ¿está lista la carne?
Para saber si un solomillo está muy hecho o poco hecho, debes presionar la carne con el dedo mientras se cuece. Cuando está poco hecha, la carne se nota muy blanda a la presión, tendrás una carne cruda por dentro pero caliente y jugosa. Cuando está al punto, se nota un poco más dura a la presión, tendrás una carne rosada en el interior y hecha en el exterior. Finalmente, cuando está hecha, la carne se va volviendo dura y cuando la presionamos con el dedo se nota tersa. En este caso tendrás una carne grisácea y muy poco jugosa.