Risotto al curry con guisantes bajo en sal
- 20-40 min
- Media
- 4 personas
Información nutricional
-
Energía
486kcal
-
Hidratos
68.39g
-
Proteínas
28.31g
-
Grasas
9.83g
-
Fibra
5.32g
Junto a la pizza el risotto es uno de los máximos exponentes de la cocina italiana. Se trata de un arroz cremoso que podemos combinar con variedad de ingredientes y que tiene como toque característico el queso parmesano. Sin embargo, hoy queremos darle una vuelta y prepararlo con el punto exótico del curry y acompañarlo de guisantes frescos y muslos de pollo.
Hacerlo es bastante sencillo. Basta con cortar los muslos de pollo y el puerro para rehogarlos en una cazuela. Después se le añade el arroz, el caldo y las especias y al final de la cocción los guisantes. Para que sea mucho más cremoso al acabar el plato puedes añadir un poco de leche. Un plato delicioso, y además, saludable ya que se utilizan productos bajos en sal.
De risottos hay muchos tipos, quizá el más conocido, es el de setas pero como has podido comprobar en esta receta puedes prepararlo con los ingredientes que más te apetezcan. Otra combinación que queda de fábula es la del risotto de manzanas, queso y canela.
Ingredientes para Risotto al curry con guisantes bajo en sal
Cómo hacer Risotto al curry con guisantes bajo en sal
-
Corta el puerro en rodajas y rehógalo en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva.
-
Corta los muslos de pollo en dados pequeños y añádelos a la cazuela; deja que tomen un poco de color y añade el arroz. Remueve un par de minutos y añade el Caldo Casero de Pollo Bajo en Sal 100% Natural de Gallina Blanca. Añade la pimienta y una cucharada de curry.
-
Deja cocer el arroz unos 20 min. Mientras se cocina, pela los guisantes.
-
Añade los guisantes en crudo cuando le queden 5 min al arroz. Una vez esté cocido, retira el arroz del fuego y añade la leche. Remueve y sírvelo de inmediato.
Consejos para cocinar Risotto al curry con guisantes bajo en sal
El Truco: la clave de un buen risotto es remover
El éxito de un buen risotto dependerá de si queda o no cremoso. Para que así sea es necesario remover muy a menudo el arroz una vez que ya los has mojado con el caldo. Esto se explica porque mientras remueves los granos de arroz se frotan entre sí y van soltando su almidón, lo que ligará el líquido de cocción.