Crema de aguacate con pollo

Cómo hacer Crema de aguacate con pollo

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  Estamos acostumbrados a ver el aguacate en el guacamole, en ensaladas o en tostadas: queda de maravilla. Pero cometeríamos un error si solo lo redujeramos a esos universos. El aguacate es un fruto que da mucho de sí y en cremas y sopas está divino. Te lleva al cielo. Además, lo puedes preparar tanto para invierno como en verano porque es un plato que acepta todas las estaciones del año.
  
  ¿Listo para cocinar? Pues empezamos.
  
  Para comenzar esta receta de crema de aguacate con pollo, primero vamos a ponernos con las verduritas. Limpia y pela las dos zanahorias y córtalas a trocitos. Pela la cebolla y córtala a trozos medianos. Corta la parte de las hojas verdes de los dos puerros y deshazte de ellas. La parte blanca córtala por la mitad y pásales un chorro de agua. Asegúrate de que no queda suciedad ni tierra entre sus capas. Después, córtalo a trocitos.
  
  ¿Lo tienes? Bien, pues pasamos a poner en una olla exprés un buen chorro de aceite. Pon el fuego para que se caliente. Añade el cuarto de pollo y rehógalo. Cuando veas que coge un poco de colorcito, añade las verduritas troceadas. Una vez rehogadas, que tú hayas visto que se hacen, agrega medio litro de caldo de pollo. Cierra la olla y cuece durante 20 minutos.

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  Mientras se cuece, pela y corta los aguacates en cuatro trozos. Como te hemos explicado antes, el boom de este fruto en nuestras comidas es un hecho. Es además muy instagrammeable: lo verás en todos los desayunos o almuerzos de tus amigos. Pero ahora vas a poder lucirte tú y, además, innovando.
  
  Si lo podemos añadir en cremas o sopas es porque textura y cremosidad lo permiten. Tiene además un sabor bastante neutro, de esos que pueden servir desde para una tostada a un plato caliente. Es perfecto. ¡Cuesta mucho no declarar un verdadero fan de este alimento!
  
  Cuando tengas los dos aguacates partidos, tritúralos. Poco a poco, ve añadiendo el caldo que has cocinado. Después, pon la mezcla en una olla. Deja que se caliente a fuego suave durante 15 minutos para que se termine de cocer, cuidando de que no se formen grumos.

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  Llega el último paso que es darle cremosidad a la receta. Añade 200 ml de nata líquida. También ayudará a intensificar los sabores cucharada a cucharada. Después de echarla, remueve y sirve.
  
  Si te apetece comerla fría, déjala en la nevera unas tres horas antes de servir. Puedes añadirle unos cubitos de hielo si es para comer ya, lo único que te quedará un poco más aguada y perderá un poco el sabor. Si es para comerla caliente, ¡adelante ya que le va a gustar a todo el mundo!
  
  Si te has quedado con ganas de más, prepárate esta la alternativa que te sugerimos: gazpacho de aguacate.