Capón

Cómo hacer Capón

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  Manos a la obra con esta receta de capón al horno. Lo primero que tienes que hacer es pelar y cortar las patatas. Puedes hacerlas a dados o en gajos más o menos grandes. Cuando las tengas listas, unta una bandeja de horno apta para horno con un poco de aceite. Esparce este poquito de aceite por toda la bandeja con un trocito de papel absorbente y coloca las patatas en la bandeja.

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  Limpia bien el capón de cualquier rastro de plumas o grasa y colócalo junto a las patatas en la bandeja. Pela los ajos y machaca en un mortero el vino blanco junto a los ajos para que vayan combinándose los sabores y así que quede una mezcla riquísima con la que marinar el pollo. Una de las grandes ventajas del capón es que nos ofrece una carne muy tierna y sabrosa. El secreto de su textura, especialmente melosa y apetecible, es la grasa entreverada presente en su carne. Gracias a esta peculiaridad, al hacer un capón al horno o un capón asado, por ejemplo, las partes que normalmente quedan más resecas cuando cocinamos pollo –como pueden ser las pechugas– en el caso de las recetas de capón quedan perfectamente jugosas.

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  Una vez bien untadito, vierte el caldo en la bandeja y cuécelo en el horno a 180º durante una hora. Vigila durante esa hora el capó, que vaya dorándose y sin quedarse sin líquido, porque se quedará muy seco. Para evitar esto, ve incorporando caldo durante la cocción. ¡Y listo! Ahora ya sólo queda lo mejor: comerlo. ¿Que quieres darle un punto diferente a tu capón? Una de las recetas más típicas de capón es el capón relleno. Para hacerlo, se suelen utilizar diferentes tipos de carne, longaniza, panceta, frutos secos –como ciruelas pasas, pistachos o albaricoques– que se introducen cuidadosamente en el interior del capón. Todo ello aderezado con hierbas aromáticas y un toque de licor. El resultado de esta preparación es un capón relleno exquisito, que seguro que hará las delicias de todos tus comensales.