Si hubiese que definir a esta receta sólo con una palabra, ésta sería fácil. Facilísima y muy, muy rápida. Las alitas con miel y mostaza son ricas, con mucho sabor y cualquiera pueda hacerlas. Con ellas tendrás un plato perfecto para cualquier cena con amigos.
El picor suave de la mostaza marida a la perfección con el dulzor de la miel, y la glucosa de esta crea una costra crujiente y tremendamente deliciosa e irresistible en las alitas. No te arrepentirás de hacer esta receta.
Eso sí, te avisamos que no quedará ninguna, ¡así que ten manos rápidas y coge todas las que puedas!
Esperamos que la facilidad de la receta no te haya pillado por sorpresa, porque ya te habíamos avisado de que estas alitas con miel y mostaza eran super sencillas. ¡Y lo mejor de todo es que están buenísimas!
Ingredientes para Alitas con mostaza y miel
Cómo hacer Alitas con mostaza y miel
-
Esta receta no tiene complicación, verás como vas a hacer tus alitas con miel y mostaza una y mil veces. Para empezar, mezcla la miel con la mostaza y haz una masa más o menos homogénea. Ayúdate del zumo de la lima para ir haciendo más líquida la mezcla y facilitando que se mezclen todos los ingredientes correctamente.
-
Desmenuza una pastilla de Avecrem Caldo de Pollo en la masa que acabas de hacer. Una vez hecho esto, añade también las alitas.
-
Mezcla bien las alitas con la salsa para que esta se distribuya homogéneamente. Reserva todos los ingredientes y deja que la carne marine en la nevera durante un par de horas. Cuando casi haya pasado el tiempo, precalienta el horno a 180ºC durante 10 minutos. ¡Tus alitas con miel y mostaza están casi listas!
Pon las alitas en una plancha de papel sulfurizado, mételas en el horno durante 25 minutos, ¡y listo!
Consejos para cocinar Alitas con mostaza y miel
Si hubiese que definir a esta receta sólo con una palabra, ésta sería fácil. Facilísima y muy, muy rápida. Las alitas con miel y mostaza son ricas, con mucho sabor y cualquiera pueda hacerlas. Con ellas tendrás un plato perfecto para cualquier cena con amigos.
El picor suave de la mostaza marida a la perfección con el dulzor de la miel, y la glucosa de esta crea una costra crujiente y tremendamente deliciosa e irresistible en las alitas. No te arrepentirás de hacer esta receta.
Eso sí, te avisamos que no quedará ninguna, ¡así que ten manos rápidas y coge todas las que puedas!