¡Qué buenas están las alcachofas a la romana! Un plato de alcachofas cae tan bien como un ramo de flores, ¿sabes por qué? Las alcachofas son realmente la flor de la alcachofera cuando todavía no ha florecido. Seguramente te hayas fijado al cocinar tus recetas con alcachofas, que dentro de ellas hay unos pelitos. Pues bien, si no has cortásemos, esos pelitos se convertirían en pétalos de la flor. ¿La has visto alguna vez? La flor de la alcachofa tiene un bonito color rosa.
¿Qué mejor que hacer las alcachofas a la romana? Un sabor que nos encanta tanto a grandes como a pequeños y cuya textura crujiente resulta absolutamente irresistible. Lo puedes comer como plato único pero también te puede servir para presentar un delicioso tentempié o aperitivo para acompañar otros platos. Sea como sea, las alcachofas a la romana están deliciosas y no podemos evitar devorarlas cuando están en la mesa.
Para la receta de alcachofas a la romana que te presentamos hoy no te va a hacer falta mucha preparación. Los ingredientes para preparar estas alcachofas son muy pocos y su elaboración también es muy fácil de hacer. Sin duda, esta tiene que ser una de nuestras recetas con verduras preferidas. Tanto por el poco tiempo que tardas en hacerla, como por su delicioso sabor. Y si te animas, también puedes probar la receta de alcachofas con tempura. ¡Otra receta sana y que está de rechupete!
Finalmente, no podemos dejar de mencionar que las alcachofas a la romana son una de las recetas sanas por excelencia. Con una cocción la mar de simple, mantenemos gran cantidad de las propiedades de esta exquisita hortaliza, que es muy beneficiosa para la digestión y el corazón. ¡Aprende cómo preparar alcachofas a la romana para que te queden riquísimas!
Ingredientes para Alcachofas a la romana
Cómo hacer Alcachofas a la romana
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Limpia las alcachofas: elimínales las hojas exteriores con la ayuda de un cuchillo: resigue el contorno de la hortaliza con el cuchillo cortándole las hojas y dejando únicamente el corazón. Corta el tronco de la alcachofa y resigue la base de la misma con el cuchillo para cortarle los restos de hojas que le hayan quedado. Corta las puntas de las hojas que le quedan de forma que solo te quede el corazón. Con un cuchillo o con una cucharita, retira la pelusa que queda en el interior del corazón de la alcachofa.
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Corta a trozos unos troncos de perejil y colócalos en un recipiente con agua. Sumerge la alcachofa en el agua con el perejil. Como esta hierba tiene mucha vitamina A, la alcachofa no se te oxidará. Opcionalmente, colócale un peso encima para que la alcachofa no flote y no se oxide por el lado que quede desprotegido del agua con perejil. Repite la operación con todas las alcachofas.
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Pon a calentar una olla con agua, sal y más troncos de perejil. Hierve las alcachofas (opcionalmente con un peso encima para que no floten). Sabrás que están cocidas cuando, al pincharlas con un cuchillo, se desprendan de su filo con facilidad. Retira la cazuela del fuego y reserva las alcachofas en el líquido de cocción. Funde a fuego muy lento en un cazo la pastilla de esencias para la plancha de ajo y perejil Gallina Blanca. Una vez que esté líquida, déjala enfriar.
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Bate los huevos, agrégales la pastilla de ajo y perejil y condiméntalos con un poco de sal. Escurre las alcachofas. Córtalas a cuartos y sécalas bien con un papel absorbente. Pásalas por harina y luego por la mezcla de huevo, ajo y perejil. Fríe las alcachofas en aceite de oliva bien caliente hasta que estén doradas. Escúrrelas sobre un papel absorbente antes de servirlas. ¡Y a disfrutar!
Consejos para cocinar Alcachofas a la romana
¿Qué te ha parecido esta receta de alcachofas a la romana? Las recetas con verduras nos encantan, pero si tienes debilidad por esta hortaliza como nosotros, seguro que esta receta de alcachofas a la romana se convertirá en una de tus favoritas. Para que te enamores un poco más, no hay nada mejor que tener la certeza de que le estás sacando el máximo provecho, y para ello te compartimos un par de trucos.
Para empezar, ¿sabes escoger la mejor alcachofa? Tienes que asegurarte que no está muy blanda y que, idealmente, las hojas no se separan entre ellas. Así sabrás que está bien fresca. Por otro lado, recuerda que cualquier tipo de cocción como la de las alcachofas a la romana es perfecta para aquellas verduras que quizás ya no están tan frescas. Así que, con esta receta ¡siempre ganas!